jueves, 5 de agosto de 2010

El verano capitalino

He vuelto (al blog) aunque nunca dejé de pasarme por la blogosfera de vez en cuando a ver o cotillear un poco..
He de reconocer que tengo este espacio un poco dejado de la mano de Ralz, pero tengo tantísimo trabajo y tantas cosas que hacer en el verano madrileño que apenas me da tiempo a pensar y darle forma a algún post, y no será por falta de temas, ya que se me ha escapado contar lo bien que me lo pasé los cuatro días pirenaicos, donde tuvimos tiempo para hacer senderismo por bosques impracticables, subir colinas y bajar montañas, pasear por pueblos medievales, pasar una tarde en un balneario diseñado por Moneo y hasta "colarnos" en un concierto perro-flauta. He aquí dos rinconcitos dignos de enseñar.

Torla, un pequeño pueblo de Huesca, la puerta de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Este restaurante creo que tiene una estrella Michelín.
(Mi amiga V estaba en esta foto, pero el Photoshop hace milagros ¿verdad?)

Y los alrededores de Panticosa, durante la ruta de los Ibones Azules



(Ruta que no terminanos por mi miedo a despeñarme en cualquier momento)

Otro de los temas que me he saltado por alto debido a mi ausencia es la abolición de las corridas de toros en Cataluña, a lo que yo estoy completamente a favor, aunque lo ideal sería que esta fiesta muriera por sí sóla (que no se me enfade nadie por favor) por ser un espectaculo cruel, primitivo y casposo. No voy a entrar en si lo han prohibido por causas animalistas o identitarias, lo que importa es que no se celebrarán mas corridas en un lugar en el que pasaban totalmente desapercibidas, tal que así:

(Foto: El Pais, Primera corrida tras la prohibición, la mitad turistas)

Pero sí me molesta especialmente el ruido que ha creado la prohibición cuando en Canarias se prohibió allá por el año 1991 y nadie nunca ha levantado la voz por eso, pero claro, siempre hubo comunidades que parece que no existen..

Otra cosa, ¿esto que es?

¿La España de la posguerra?


Pa-té-ti-co, como decía ese maniquí del Sepu con silicona que me crucé hace unos días por Fuencarral.

En otro orden de cosas y dejando de repasar la actualidad, decir que deseando estoy que lleguen las ansiadas vacaciones para olvidarme de todo, de la oficina, de los problemas matrimoniales (es broma), y del asfalto madrileño, que me encanta, pero que a 40 grados empieza a cansarme.

Así que un año más, y van dos, me voy a Ibiza, pero esta vez a disfrutar de la otra Ibiza, la del relax, las playas paradisiacas y la comida sana, nada de alcohol, nada de trasnochar y por supuesto nada de David Guetta.

Un saludo a todos!

;-)