El acto tuvo lugar en dos pueblos de la sierra de Guadalajara, enclavados en plena ruta de la arquitectura negra, Robleluengo y Campillo de Ranas, preciosos!
Fue una boda diferente, original, divertida.. y lo pasamos en grande..
María guapísima, con su vestido llegado desde N.Y. expresamente para el evento, y Fer también, claro que sí.
Por cierto.. he de reconocer que cada vez que María lloraba en el altar, a mí me hacía llorar tambien; uno que es sensible.
Ellos super atentos, la organización perfecta, el lugar inmejorable y la compañia.. qué decir?
A la hora de la comida, me tocó en la mesa de los animadores, Ay! ese vocero que animó como nadie.. reimos sin parar y apenas nos dió tiempo a comer, pero mereció la pena.
Y la fiesta posterior, animadísima.. los novios nos pidieron a cada uno que les enviaramos una canción que nos gustara para amenizarlo y personalizarlo un poco, y así consiguieron que cada uno tuviera su momento, aunque la mía no la oí :-( .Y tan divertido fue que se nos hizo muy corto, queriamos más, mucho más.. pero el autocar de vuelta no esperaba, asi pues un poco tristes (pero contentillos) abandonamos el lugar. Aunque la vuelta fué de lo más entretenida.. comenzamos una larga conversación en inglés con Katie y Brenda, venidas para la ocasión desde Philadelpia y Boston, y dejeneró en una otra (también en inglés) con medio autobús.. a los que apenas conociamos. Y luego ocurrió lo que tenía que ocurrir, la mezcla de curvas y alcohool ocasionaron que alguna invitada lo expulsara todo por la boca (no palabras precisamente)
Pero fue inolvidable. Gracias por todo!
Ahora divertiros por los fiordos noruegos.
Aquí un documento gráfico del acto: (Yo con corbata roja)
