Paleto-jornada

Hoy, que medio Madrid ha comenzado la jornada intensiva en el trabajo, mi empresa ha decidido que este verano sí; que este veranos tuvieramos jornada reducida. Botes de alegría internos daban mis compañeros al enterarse de la noticia por parte de mi jefa, y yo que ya tengo un carrerón en la empresa menguado a base de ostias, sabía que no podía ser todo tan maravilloso y perfecto y me interesé al segundo por horarios y fechas.

El caso es que el imbécil del dueño (un paleto millonario con peluquín del todo a cien) al que solo vemos una vez al año dando un discurso repetitivo en la cena de navidad, decidió, muy a su pesar, que nuestra jornada de verano sería de: (atención redobles) 1 hora menos, y a recuperar en los cuatro meses restantes.

como era de esperar, la indignación y la mala leche se ha apoderado de todos nosotros desde hoy, viendo a la gente por la calle con la alegría subida volviendo a casa a las tres de la tarde, oyendo decenas de tonos en los telefonos cuando llamas a alguien pasada esa hora y como todos nuestros amigos se pasan la mitad del día en la piscina, el gimnasio, de compras o tomando una siesta..

Todo esto ocurre por trabajar en una empresa de pueblo, con un dueño de pueblo y mentalidad de pueblo y en blanco y negro.

Que conste que no todos los pueblos son iguales, ni todos sus habitantes unos paletos, y que esta especie no es exclusiva de los sitios pequeños, que en Madrid también abunda.

Y ahora voy a seguir viendo OT, que por cierto, hoy Virginia me ha sorprendido.