Él, que ha vivido dos negras dictaduras, dos repúblicas convulsas y una horrible guerra civil; que ha visto morir a todos sus hermanos, a su mujer y a decenas de amigos, que ha visto como los cambios de la democracia se le hacían incompresibles a pesar de haber luchado sin fusiles por ella años atras, que ha visto crecer a su lado a hijos, nietos y biznietos, y partir en el exilio buscando la libertad a decenas de familiares, amigos y compañeros.. Él, que vivió feliz y saludablemente durante 104 años, a él ayer se le apagó la luz.
Creció como pudo en su Córdoba natal, trabajando desde muy joven en mil y un lugares, hasta que encontró el que sería su oficio durante cincuenta años, barbero.
Tras aquellos ventanales de la barbería vió pasar la vida y la muerte, el hambre y la abundancia.
Durante los años más duros él siempre tuvo bien en "arreglar" gratuitamente a quien menos tenía y recibir propinas impensables de los más pudientes.
Vío partir a un hermano a "vivir las Américas" buscando una vida mejor, y del cual nunca supo jamás.. sufrió los horrores de una guerra que casi le cuesta la vida y vió cambiar un país a pequeños pasos.
Ya con setenta y pico años emprendió una nueva vida en una tierra árida de la meseta castellana, donde vivió con una sonrisa a pesar de faltarle quién más quería.
Envejeció cultivando su huerto, paseando por la ciudad como un chaval que descubre las calles más impresionantes jamás vistas, y siempre con el recuerdo de tiempos pasados, mejores o peores, pero siempre añorados.
Gracias a él descubrí parte de la historia y de una vida muy dura que yo jamás pensé que hubiera existido.
Gracias a él descubrí la fortaleza.
Hasta siempre abuelo.
Creció como pudo en su Córdoba natal, trabajando desde muy joven en mil y un lugares, hasta que encontró el que sería su oficio durante cincuenta años, barbero.
Tras aquellos ventanales de la barbería vió pasar la vida y la muerte, el hambre y la abundancia.
Durante los años más duros él siempre tuvo bien en "arreglar" gratuitamente a quien menos tenía y recibir propinas impensables de los más pudientes.
Vío partir a un hermano a "vivir las Américas" buscando una vida mejor, y del cual nunca supo jamás.. sufrió los horrores de una guerra que casi le cuesta la vida y vió cambiar un país a pequeños pasos.
Ya con setenta y pico años emprendió una nueva vida en una tierra árida de la meseta castellana, donde vivió con una sonrisa a pesar de faltarle quién más quería.
Envejeció cultivando su huerto, paseando por la ciudad como un chaval que descubre las calles más impresionantes jamás vistas, y siempre con el recuerdo de tiempos pasados, mejores o peores, pero siempre añorados.
Gracias a él descubrí parte de la historia y de una vida muy dura que yo jamás pensé que hubiera existido.
Gracias a él descubrí la fortaleza.
Hasta siempre abuelo.
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